El modelo organizacional supone
dos cuestiones: a) Que existen niveles de heterogeneidad de valores, y por lo
tanto de preferencias. Los gerentes en
consecuencia tienen visiones distintas del mundo, no poseen la información completa de la
realidad, por lo que no buscan la decisión óptima, sino la más satisfactoria. Una
vez que el gerente estableció el mapa de opciones, procede a evaluar de manera
secuencial cada una de ellas hasta encontrar aquella que iguale o supere su
nivel de aspiración.
Este modelo se aleja
del racional, porque el gerente no posee la información completa con respecto
de sus alternativas. Como solución a esta incapacidad, los autores del modelo
organizacional postulan una racionalidad, pero limitada acotada por: a) Una
realidad compleja. b) Por restricciones naturales –de tiempo y raciocinio– en el
gerente
Por ello el gerente debe extraer
de su universo de opciones, un subconjunto de ellas, analizarlas en forma
secuencial y compararlas contra su orden de preferencias a fin de obtener las
que le sean más satisfactorias.
Describe las limitaciones de la
racionalidad y pone de manifiesto los procesos de toma de decisiones
frecuentemente utilizados por personas y equipos. Este modelo, explica la razón
por la que diferentes personas o equipos toman decisiones distintas cuando
cuentan exactamente con la misma información. Este modelo, reconoce también la
realidad de que una información completa relacionada con las alternativas
disponibles o el resultado de algún curso de acción, puede ser imposible de
obtener para un individuo o equipo, sin considerar la cantidad de tiempo y
recursos que se destine a esta tarea.
Así, el modelo organizacional
refleja tendencias individuales o de equipo para: (a) Seleccionar una meta o
una solución alterna que no sea la mejor (es decir, que satisfaga). (b)
Realizar una búsqueda limitada de soluciones alternas. Y (c) Arreglárselas con
información y control inadecuados de las fuerzas ambientales externas e
internas que influyen sobre los resultados de las decisiones.
Las reglas de la decisión desde
la perspectiva organizacional son una parte del modelo de
racionalidad limitada. Esto es, proporciona formas rápidas y fáciles de llegar
a una decisión sin análisis y búsquedas detalladas. Están escritas y se aplican
con facilidad. Ahora bien, el modelo de racionalidad limitada desde la práctica
gerencial, se basa en la toma decisiones mediante la construcción de modelos
simplificados que extraen las características esenciales de los problemas sin
capturar toda su complejidad.
El modelo organizacional supone, en un primer momento, que
existen niveles de heterogeneidad de valores, y por lo tanto, de preferencias.
Los decisores en consecuencia tienen visiones distintas del mundo. Otro
supuesto es que los decisores no poseen la información completa de la realidad.
Aunque esta información, es recopilada o acumulada con una
orientación hacia el establecimiento de un mapa (un subconjunto del universo)
de alternativas de comportamiento. Por lo anterior, no buscan la decisión
óptima, sino la más satisfactoria. Este nivel de satisfacción está íntimamente
ligado al nivel de aspiración que posee el individuo tomador de decisiones.
Este esquema del decisor individual fue utilizado por March
y Simon para explicar la toma de decisiones en las organizaciones (March y
Simon, 1958). Estos autores consideran a la empresa como un decisor (el actor
racional unificado), al cual no le viene dada la información, sino que ha de
procurársela. Esto consiste en que las alternativas de actuación se investigan
y descubren secuencialmente.
Como se ha podido observar el modelo organizacional intenta
alejarse del modelo racional, al establecer que el decisor no posee la
información completa con respecto a sus alternativas. Como solución a esta
incapacidad del ser humano los autores del modelo organizacional postulan una
racionalidad, pero de tipo limitado que se encuentra acotada por:
1) Una realidad compleja.
2) Restricciones naturales -de tiempo y raciocinio- en el
decisor. Por ello, el tomador de decisiones debe extraer de su universo de
alternativas, un subconjunto de ellas, analizarlas en forma secuencial y
compararlas contra su orden de preferencias a fin de arribar a aquellas que le
sean más satisfactorias.
El modelo organizacional pretende refutar al modelo
racional, pero no lo consigue.
Esta afirmación se sustenta en que el primer modelo mantiene
el proceso de evaluación de alternativas mediante el uso de métodos
cuantitativos y racionales.
Al revisar los procesos de negociación, nuevamente se
observa que la necesidad del establecimiento de los fines no es cuestionada,
éstos se dan por implícitos y potenciados por una voluntad y una motivación que
guía a los miembros de una organización hacia la participación y el trabajo.